Realizar una presentación efectiva

Conozca las diez pautas para realizar una presentación efectiva
Te sudan las manos, se te entrecorta la voz y quieres, literalmente, que te trague la tierra. Para muchos, tener que hacer una presentación supone un auténtico trauma, y sin duda la peor parte de la jornada laboral. Sin embargo, esta es una fobia que hay que superar poco a poco porque hablar en público es la rutina diaria de muchos trabajos.

El llamado medio escénico es parte del día a día de la vida de muchas personas que se paralizan cuando tienen que hablar delante de una multitud. Estos profesionales, personas capaces, inteligentes y trabajadoras, se ponen a temblar cuando tienen que abrir la boca delante no sólo de desconocidos, sino también de sus propios compañeros. La presentación les sale al revés, se equivocan y desearían no haberse levantado de la cama esa mañana.

Pero las presentaciones en público son una parte clave de muchos trabajos y aunque a veces el nivel de ansiedad es alto en algunas personas, uno tiene que aprender a controlarse, a relajarse y a hacerlo bien. Además incluso la gente más abierta del mundo puede hacerlo mal si no hace caso a unas pautas específicas que deben seguirse siempre que uno se dirige a un grupo en público.

1. Prepara el tema: Desafortunadamente son muy pocas las personas que pueden salir a un escenario y dirigirse a una multitud sin tener nada preparado. La improvisación es una virtud que tienen sólo unos cuantos y el resto de los mortales tenemos que conformarnos con el trabajo duro y la preparación a conciencia. Elige el tema, documéntate y hazte con todos los recursos posibles para acompañarlo y explicarte bien.

2. No leas pero tampoco memorices: Se nota enseguida tanto a la persona que está leyendo las notas como a las que sueltan el discurso de carrerilla porque se lo memorizaron la noche anterior. El equilibrio está en tener en aprenderte bien los puntos clave y desarrollarlos tranquilamente.

3. Proyecta tu voz: Nuestra voz será el segundo elemento más importante después del tema. De nada sirve tener un discurso perfecto preparado si no sabes transmitirlo a los asistentes. Evita que tu voz salga de la garganta porque sólo se escuchará un hilo débil. Lo mejor es que proyectes la voz desde tus pulmones y que hagas uso de un micrófono si vas a hablar a mucha gente.

4. Entretenimiento en su justa medida: Las personas abiertas y dicharacheras suelen contar historias paralelas y soltar gracias para que los asistentes no se aburran. Eso no sólo está muy bien, sino que harás que la gente se sienta mucho más cómoda pero ten cuidado: los ‘graciosillos’ a veces pueden hartar.

5. Cuidado con los gestos: Gesticular aporta naturalidad al discurso porque la gente que se mantiene demasiado firme puede resultar artificial. Sin embargo, un excesivo movimiento de manos, por ejemplo, puede distraer al público. Tienes que dirigirte a la gente como si le estuvieses hablando en una conversación normal. Los gestos planeados resultan falsos porque no se relacionan naturalmente con lo que estás diciendo.

6. Ten en cuenta a la audiencia: El público al que te vas a dirigir es otro punto muy importante a la hora de hacer una presentación, incluso antes de escribir el tema. No es lo mismo hablar a una clase de estudiantes universitarios, que dar una conferencia para directivos o dirigirte a empleados de tu empresa. Ponte en el lugar del auditorio para comprobar, con la mayor objetividad posible, cómo saldría tu discurso.

7. Transmite credibilidad y pasión: La mejor manera de que el público se crea lo que le estás contando es que te lo creas tu mismo, o al menos que lo parezca. Si ‘vendes’ algo con poca pasión y convencimiento, no lograrás transmitir el mensaje con eficacia. Si por el contrario, hablas con entusiasmo, firmeza y confianza en ti mismo, contagiarás a la audiencia. Es el momento de sacar al ‘vendedor nato’ que llevas dentro.

8. Discurso claro, corto y conciso: La simplicidad es la clave. Tienes que aprender a hablar con sencillez. Dependerá de la audiencia pero en general es mejor que no te pases con el vocabulario porque habrá gente que se perderá en tus explicaciones.

9. Las diapositivas, tus aliadas: Intenta no utilizar más de 20 diapositivas porque la presentación puede resultar algo pesada. Además, tampoco te detengas demasiado en cada una. Lo mejor es que no dediques más de 20 segundos a cada una y que hiles bien los argumentos entre cada una.

10. Contacto visual: Es clave que sepas mantener la mirada de la gente pero que tampoco te detengas siempre en el mismo punto visual. Son muchas las personas que buscan una mirada ‘amiga’ para dirigirse a ella durante toda la presentación pero este es un gran error. Tienes que alternar y mirar a gente distinta, y detenerte el tiempo justo: ni poco ni demasiado. Lo importante es que contagies autoestima y seguridad en ti mismo.

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