Adaptación en los puestos de trabajo: un reto que cumplir

Para llegar a una plena integración laboral de las personas con discapacidad es necesario que los puestos de trabajo estén adaptados a las necesidades especiales de cada tipo de discapacidad. Sería ideal que los puestos de trabajo estuvieran diseñados según las necesidades individuales de cada persona, pero como eso ya es mucho pedir, creo que nos conformamos con que haya unas adaptaciones mínimas para poder desenvolvernos con más autonomía.
Según el tipo de discapacidad, las adaptaciones serían las siguientes:
- Discapacidad física: lo más importante sería el acceso al lugar de trabajo, pues si el edificio cuenta con escaleras ya está descartado. En este sentido, no sólo no tiene que tener escaleras y tener ascensor, sino que el ascensor debe ser accesible desde una silla de ruedas (a veces los botones del ascensor están demasiado altos y no llegamos). Si existen rampas, que no tengan pendiente pronunciada. Además sería ideal que las puertas fueran manejables o que se abrieran automáticamente para no depender de que alguien nos abriera y cerrara las puertas. Es importante que los espacios comunes sean accesibles (salas de reuniones, comedores, etc.) y sobre todo, que el baño sea adaptado (que sea amplio y con barras abatibles). Una vez llegado al puesto de trabajo también son necesarias ciertas adaptaciones: altura de la mesa ajustable a la silla de ruedas, colocar la torre del ordenador en un sitio accesible, disponer de una mesa grande porque necesitamos más espacio, que los pasillos entre las mesas sean amplios para poder pasar sin dificultad, que el ordenador esté adaptado en los casos que lo requiera (ratón, teclado virtual, sintetizadores de voz, etc.).
- Discapacidad visual: los botones de los ascensores deben estar en braille, así como las máquinas expendedoras. Es importante que cuando la persona con discapacidad visual se incorpore tenga a una persona que se encargue de hacerle un recorrido por el edificio para que lo vaya conociendo. En cuanto al puesto de trabajo, la ONCE se encargará de instalar en el ordenador los programas necesarios para el normal desenvolvimiento de la persona con discapacidad visual, de manera que podrá realizar su trabajo como cualquier otra persona sin discapacidad, también deberá contar con un escáner y un reconocedor de textos (OCR).

- Discapacidad auditiva: para los casos en que la discapacidad auditiva sea profunda sería necesario un intérprete de Lengua de Signos, en los demás caso bastará con dar la información por escrito o hablado de forma clara y vocalizando. En el puesto de trabajo, habrá que adaptar el teléfono en los casos que lo requiera, bastará con poner un teléfono con amplificador o incluso proporcionar un teléfono que escriba y reciba mensajes de texto.
- Discapacidad psíquica: en estos casos no se necesita una adaptación genérica, sino que dependerá de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, dependiendo del tipo de discapacidad psíquica, deberán o no trabajar en ambientes más relajados y con poco estrés. En otros casos, no será necesaria ninguna modificación y podrán realizar su trabajo en las mismas condiciones que cualquier otra persona.
- Discapacidad intelectual: en los casos que sea moderada se necesitará a una especie de tutor que ayude y supervise. Además se deberá evitar dar tareas complejas, deberán ser sencillas y habrá repetir las explicaciones o instrucciones de las tareas tantas veces como sea necesario.
A día de hoy esto aún es un reto que conseguir en muchas empresas, pero espero que poco a poco sea una realidad.

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